
EL CAJONEL CAJON — El lunes 26 de junio, los fiscales empezaron a sentar las bases de la causa penal contra dos trabajadoras de la cárcel del condado de San Diego que, según alegan, no trataron adecuadamente a una mujer que sufría síndrome de abstinencia por drogas y otros síntomas antes de que muriera bajo custodia del sheriff.
Las profesionales de atención médica penitenciaria, la médica Friederike Von Lintig y la enfermera Danalee Pascua, están acusadas cada una de un único cargo de homicidio involuntario por la muerte de Elisa Serna en 2019.
Ambas mujeres se han declarado inocentes del cargo y se enfrentan a una pena de hasta cuatro años de prisión si son declaradas culpables.
Los abogados defensores de ambas declinaron hacer comentarios sobre las acusaciones contra sus clientes cuando The San Diego Union-Tribune se puso en o con ellas. Ninguno de ellos se opuso a los testimonios presentados ante el tribunal el lunes.
Se espera que la vista preliminar dure toda la semana. Al final de la misma, se pedirá a un juez que determine si la acusación ha presentado pruebas suficientes para que el caso vaya a juicio.
Un comandante de vigilancia de la cárcel y un investigador del sheriff fueron los dos primeros testigos que declararon el lunes por la tarde.
La teniente Tonya Benjamin, responsable de la guardia, dijo que la llamaron para que acudiera a la celda de Serna en el centro de detención de Las Colinas poco después de las 8 de la tarde y que encontró a Pascua y a un agente intentando reanimarla.
“Tenía la piel de un color gris azulado y no respondía a la reanimación cardiopulmonar”, dijo Benjamin.
Serna, que tenía 24 años, murió el 11 de noviembre de 2019. La encontraron muerta una hora después de dejarla sola en su celda, a pesar de que se desplomó en el suelo, según una investigación independiente.
La Fiscalía dijo en un escrito presentado ante el tribunal la semana pasada que tiene previsto llamar a declarar hasta a 17 testigos y presentar más de dos docenas de pruebas.
Los fiscales también identificaron 11 extractos de videos de vigilancia que aparentemente muestran a Serna en apuros en los días y horas anteriores a su muerte.
“Se negaron a ayudarla”, dijo el padre de Elisa, Michael Serna, refiriéndose a Pascua y Von Lintig. “La dejaron morir”.
En su declaración presentada a finales de la semana anterior, los fiscales afirmaron que los acusados fueron negligentes a la hora de responder a las necesidades médicas de Serna.
“La negligencia criminal implica algo más que descuido ordinario, falta de atención o error de juicio”, dice el escrito.
Serna ingresó en prisión el 6 de noviembre de 2019. Dijo al personal de isión que tenía antecedentes de abuso de alcohol y drogas, que corría riesgo de abstinencia y que estaba embarazada.
A pesar de esta información, el personal médico no empezó a istrarle el protocolo de abstinencia de la cárcel hasta el día anterior a su muerte, después de que experimentara náuseas graves y múltiples convulsiones.
El escrito incluye un resumen de una entrevista con Shaun Carstairs, experto médico que se espera que testifique a finales de esta semana.
Carstairs señaló que la abstinencia de alcohol y de benzodiacepinas “son ambas afecciones potencialmente mortales que deben reconocerse rápidamente y tratarse con agresividad para evitar desenlaces graves”.
El perito dijo a los investigadores que, en cuanto Serna empezó a tener convulsiones, “debería haber sido preparada y enviada al hospital”.
En lugar de eso, según escribieron los fiscales en el expediente judicial, Von Linitg acusó a Serna de fingir sus síntomas y se negó a evaluar a la joven a pesar de que una enfermera la llamó varias veces a la celda de Serna.
“No puedo comprender el hecho de que tengas una paciente con un riesgo tan alto de desarrollar síndrome de abstinencia y, sin embargo, se le ignorara en gran parte”, declaró Carstairs a los investigadores.
También se espera que testifique el médico de medicina interna James Rael, que revisó el caso en nombre de la Junta de Revisión Médica de California.
Describió el trato que Von Lintig dispensó a Serna como médico jefe de turno como “una desviación extrema de la norma de atención” y dijo que sus acciones “fueron un factor sustancial en la causa de la muerte de la Sra. Serna”.
El turno de Von Lintig terminó unas horas antes de la muerte de Serna. Cuando el médico se marchó, la enfermera Pascua se dirigió a la celda de Serna para realizar un control rutinario de sus constantes vitales. Al principio intentó que Serna metiera los brazos por la compuerta de la celda.
Mientras “Pascua intentaba tomarle las constantes vitales a través de la puerta para la comida, la Sra. Serna se cayó contra la pared de la celda, golpeándose la cabeza contra la pared y cayendo al suelo. Mientras estaba en el suelo y apoyada contra la pared de la celda, la Sra. Serna pareció sufrir un ataque”, afirmaron los fiscales en la presentación judicial.
Lucas Lovisa, agente del sheriff que acompañó a Pascua a la celda de Serna, dijo a la enfermera que tenía que entrar en la celda y comprobar las señales vitales de Serna. Lovisa, que no fue acusado penalmente, dijo más tarde a los investigadores que Serna tenía mal aspecto y “ojeras”.
Pascua itió ante los investigadores que no obtuvo las señales vitales de Serna aunque le dijo a Lovisa que sí lo había hecho, según los fiscales.
“Dejaron a la Sra. Serna en el suelo con la cabeza apoyada contra la pared”, escribieron.
Carstairs, que revisó el video de vigilancia de la celda de Serna, dijo que la posición de la cabeza de Serna cuando se cayó podría haber obstruido sus vías respiratorias, “provocando una oxigenación y ventilación inadecuadas y el subsiguiente paro cardiopulmonar”.
Serina Rognlien-Hood, directora de enfermería del Departamento del Sheriff de San Diego, es otra testigo que se espera que declare. Dijo a los investigadores del fiscal del distrito que Pascua y Lovisa deberían haber solicitado asistencia médica adicional en cuanto Serna se desplomó.
“Deberían haber llamado inmediatamente al 911”, dijo a los investigadores, según los fiscales.
Las pruebas de video muestran a Serna moviéndose ligeramente a las 7:13 p.m., dijo la Fiscalía en su escrito.
“Después de las 7:13 p.m., la Sra. Serna no volvió a moverse, permaneciendo en la misma posición en el suelo con la cabeza metida entre la pared y la puerta de la celda. El video de vigilancia de las 7:14 p.m. muestra orina saliendo del cuerpo de la Sra. Serna. La Sra. Serna no se mueve”, dice el escrito.
Pasó casi una hora antes de que Pascua pasara por la celda de Serna y se diera cuenta de que la joven estaba en la misma posición en la que había caído; Pascua hizo un gesto a un ayudante para que abriera la puerta de la celda, según muestra el video de vigilancia.
Pascua no pudo encontrarle el pulso.
Horas antes de que comenzara la audiencia, los familiares y amigos de Serna organizaron una reunión ante el tribunal de este condado para aumentar la visibilidad de la elevada tasa de mortalidad en las cárceles del condado de San Diego y quejarse de que no se responsabilizara a más personas de la muerte de Serna.
“Queremos que cesen las muertes bajo custodia”, dijo Michael Serna, el padre. “Estamos aquí para apoyarnos unos a otros”.
Serna fue la persona número 15 que murió bajo custodia del condado de San Diego en 2019. Otra moriría antes de que acabara el año, y una docena más de personas murieron bajo custodia al año siguiente.
Dieciocho personas murieron bajo custodia en 2021 y el año pasado murió la cifra récord de 20, incluido un hombre al que se concedió la libertad por motivos humanitarios horas antes de morir.
En lo que va de año han muerto otros seis hombres y mujeres bajo custodia.